Después de ver como su papá y sus tíos se desplomaban,después de ver en sus ojos el terror y la duda de la muerte que lo quita todo y no da nada,Mauricio sintió un poco de encanto. ¿Encanto?..un encanto raro y que nunca había sentido. ¿Acaso le gustó matar? el encanto evolucionó hacia placer,las lagrimas pararon,y dejaron lugar a la excitación. Mauricio se preguntó que era esto que sentía,pero se dio cuenta de que esto ya estaba dentro suyo,desde hace mucho,acompañando,susurrándole al oído. Si no ¿por qué estuvo tan complaciente para ayudar a cumplir el deseo de venganza de su madre? En un principio se dijo a sí mismo que esto lo hacía por su madre, pero siempre supo que era una mentira, que él deseaba hacerlo mas que nada.El odio y la indignación que sentía cada vez que pensaba en que su padre,ese desgraciado,estaba respirando,incrementó hasta llegar a la revolución de sentimientos que tiene ahora.
Después de reflexionar este largo y corto rato,Mauricio se encontró en el dilema de decidir si seguir vivo y continuar viviendo de recuerdos amarillos y la felicidad de antaño,en alguna cárcel de Caballito.
O....o si no..
El suicidio nunca había sido algo que Mauricio hubiese ponderado,sin embargo ahora mas que una derrota,parecía una victoria.
Mauricio esperó a que la indignación sobre sí mismo por pensar en aquellas cosas llegara. Sin embargo, ni rastro de ella tuvo. Sintiéndose así completo,por primera vez feliz y entendido,se sirvió un vaso de su vino. Lo bebió...justo cuando dejó el vaso en la mesa,una patada derribó la casa de sus tíos, y una voz gruesa gritó:
-¡Policía!
Mauricio respondió tranquilamente:
-Pase caballero, ¿es cierto que llueve afuera?
Y la espuma empezó a caer de su boca, a medida que sus ojos se hacían hacia arriba y su cara se amorataba,el policía lo agarró antes de que se derrumbe,pero fue tarde porqué Mauricio ya había fallecido.
"Extraño" pensó el policía,quién pensó ver una sonrisa en el rostro del hombre muerto.
Después de reflexionar este largo y corto rato,Mauricio se encontró en el dilema de decidir si seguir vivo y continuar viviendo de recuerdos amarillos y la felicidad de antaño,en alguna cárcel de Caballito.
O....o si no..
El suicidio nunca había sido algo que Mauricio hubiese ponderado,sin embargo ahora mas que una derrota,parecía una victoria.
Mauricio esperó a que la indignación sobre sí mismo por pensar en aquellas cosas llegara. Sin embargo, ni rastro de ella tuvo. Sintiéndose así completo,por primera vez feliz y entendido,se sirvió un vaso de su vino. Lo bebió...justo cuando dejó el vaso en la mesa,una patada derribó la casa de sus tíos, y una voz gruesa gritó:
-¡Policía!
Mauricio respondió tranquilamente:
-Pase caballero, ¿es cierto que llueve afuera?
Y la espuma empezó a caer de su boca, a medida que sus ojos se hacían hacia arriba y su cara se amorataba,el policía lo agarró antes de que se derrumbe,pero fue tarde porqué Mauricio ya había fallecido.
"Extraño" pensó el policía,quién pensó ver una sonrisa en el rostro del hombre muerto.
Continuación propia de "en Teatro 5" de Roberto Cossa.Buenos Aires,Ediciones la Flor,1999.
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