El Dragón Rojo

El Dragón Rojo

domingo, 8 de enero de 2017

Todo vuelve a comenzar

Es extraño ver en retrospectiva como se alteran los pensamientos de uno. Hasta no hace mucho tiempo, solía asquearme y hasta burlarme de quienes necesitaban alcohol o alguna sustancia para olvidar algo, o a alguien. Siempre vi a éste procedimiento como algo penoso y muy alejado de quien sería yo. Hoy, es algo que puedo entender por completo. Algunos se dan con una cerveza, otros con whisky, cocaína, paco, lo que sea. Todos utilizamos algo que nos haga ausentar éste patético y pesado mar de dolores emocionales que nos ahoga. Algo que nos aleje y cual caricia de madre nos diga al oído que "todo va a estar bien".
 "La tristeza durará por siempre" dijo Vincent van Gogh, y estoy empezando a entender a que se refería. Sí, es discutible el hecho de que mi edad no va acompañada de un número muy grande, sí, me faltan experiencias por vivir, personas por conocer y todo eso que conlleva ser una persona. Pero aún así, ninguna de esas razones se me aparece como un obstáculo para evitar el sufrimiento. 
 Quisiera desesperadamente encontrar alguna forma de ir al futuro y preguntarle a ese chico si aún sigue tan dolido, si su alma sigue desconsolada y si su corazón ha encontrado una forma de sanar. Pero no, mejor no lo hago, el resultado sería seguramente rebalsar un vaso que no aguanta más.
 Otra cosa que también siempre me ha resultado campo desconocido es la amistad. Compartir con alguien sin envidia ni codicia. Puro deseo de bienestar para el otro. ¿Es eso posible? ¿Somos capaces de realmente desear el bien para el otro, por sobre todas las cosas? ¿Nunca se abrirá paso nuestro viejo amigo: el deseo
 Bien, yo creo que no es posible, pero se puede al menos tener algo decente que esté dentro de lo más humanamente posible. Hasta hace no mucho tiempo, tener amigos y comprender la amistad, me ha parecido algo innecesario. Pero el haberme abierto emocionalmente al mundo, me ha transformado en un ser de dependencia, estoy condenado a cargar con las cadenas del amor y el afecto, como casi todo ser en éste mundo. Pensé que ese momento nunca llegaría, pero como toda cuenta pendiente, llegó. 
 Llegó, con dificultad como todo en la vida ¿no?, era de esperarse. Existen un par de personas a quien podría colocar en el lugar de amigo/a sin temblar al usar esa palabra. El sentido común me dice constantemente que no debo permitirme crear un vínculo muy fuerte y dependiente, esto siempre termina mal y es justamente la razón por la que evito volver a emparejarme con alguien, así que tratemos de no darle la misma cualidad a nuestras amistades ¿Verdad?
 De todas maneras, estas amistades se  han sentido cercanas, pero nunca privadas o considerablemente profundas. A lo que voy, es que ninguna de éstas amistades han pasado la frontera de lo superficial. Todas han quedado allí, en el límite, por alguna razón que desconozco. 
 ¿Pero a que viene que me ponga a hablar de amistades? 
 Resulta que he conocido a una persona con quien pareciera se puede hablar. No pareciera molestarse con mi constante pesimismo, o quizá es solo por que no me conoce del todo. Eso lo dirá el tiempo.  Me quedé en su compañía hasta que amaneció, viendo una serie. En éste momento de mi vida no puedo pedir más que eso, alguien con quien compartir series, películas y tomar algo es muy placentero. Quisiera creer que no voy a arruinar las cosas pero se que tiendo a hacerlo, trataré evitarlo pero ya sabemos como funciona el mundo. 
 Amaría creer que no estoy solo, pero la verdad es que lo estoy. Quizá, una de las cosas bellas de ésta vida, será éste compartimento que le está dando un toque más emocionante al café mañanero. 


 Hasta la próxima.
 Demian.

No hay comentarios:

Publicar un comentario